La revista anual Tokonoma, dirigida por Amalia Sato desde 1994, ha desempeñado un papel tan silente como sustancial para la divulgación de la cultura japonesa en la Argentina. Literatura, poesía, ensayo, artes teatrales y visuales, traducciones, crónicas de viaje y cine, el campo de intereses es vasto, infinito. No hace mucho, la introducción del teatro de papel o kamishibai, donde el ritmo de la lectura se acompasa por ilustraciones, echó luz sobre las posibilidades de un género foráneo. En este número, la propuesta fue escribir a partir de un archivo de cien fotos. Se publican 27 colaboraciones. En la sección «Contactos», hay un hermoso texto de Miguel Vitagliano sobre el escritorio, hoy pieza de museo, de Lafcadio Hearn y otro de Matías Chiappe a partir de la estatua de una violinista de tango argentino-japonesa. Felisa Pinto, en la sección «Reflejos», repasa el código del calzado en Japón, y Guillermo Ueno acerca otra definición de su práctica: la fotografía como kanji o taquigrafía de lo real. En «Puntos de fuga», un escrito sobre comida y Eros en la narrativa de Tanizaki, de Adriana Boscaro. «Exposiciones» reúne poemas de Gabriel Tosar, Liliana Lukin (antológico), Alejandro Ros y Marcelo G. Higa. Mónica Müller forja en «Células madre» una ficción ambientada en un laboratorio en Fukushima. Cierra «Umbrales», la última sección, un texto de Graciela Taquini. En venta en varias librerías de la ciudad de Buenos Aires y algunas del interior.
- Tokonoma n° 16
Amalia Sato (directora)
$ 49
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1546344-un-campo-infinito